
McClure escribe:
“Imagina que acabas de pasar una experiencia traumática, algo que te ha afectado profundamente. Sientes que estás a punto de llorar y que eres incapaz de relajarte o concentrarte, y acudes a tu pareja o a una amiga en busca de ayuda. Empiezas a hablarle acerca de lo que te ha ocurrido y cómo te sientes.
Después de atenderte, durante un momento, esta persona te trata de calmar y te dice: «Vamos, vamos, no importa. Por favor no llores. No puedo soportar que llores. Sonríe. ¿Quieres comer algo?
Quizás tengas que ir al médico». Algunas veces, pronuncias frases incoherentes. Ella te dice: «Explícame más.
Después ¿qué ocurrió? Eso debe haber sido muy doloroso para ti». Sientes que su sincero apoyo y su confianza permiten que realmente te desahogues y recuperes tu equilibrio. Tu relación con ella se fortalece. Tu amiga se siente bien por haberte ayudado, y tú estás en mejores condiciones.’
Si tu bebé evita el contacto visual, coloca tus manos con delicadeza, pero firmemente sobre su cuerpo y realiza la conexión a través de tus manos, diciendo que te gustaría oír lo que tiene que decirte.”
McClure, V. Escuchar a los bebés. Masaje Infantil. Recuperado el 24 Junio 2020, de: Artículo

- Permanece con tu bebé, manteniéndote relajado y receptivo; escucha y responde observando su lenguaje corporal.
- Observa su boca y sus ojos.
- Cuando estés seguro de que los sentimientos de tu bebé son escuchados y que ha dicho todo lo que tenía que decir, entonces ofrece consuelo meciéndole, caminando o dándole palmaditas para ayudarle a organizarse de nuevo. Generalmente, un bebé que se siente escuchado dormirá profundamente y aprenderá a confiar.
McClure, V. Escuchar a los bebés. Masaje Infantil. Recuperado el 24 Junio 2020, de: Artículo.