Niños con límites… niños felices, familias eficaces.

  • Home
  • Niños con límites… niños felices, familias eficaces.
Niños con límites… niños felices, familias eficaces.

¿Qué es lo que queremos los padres?

  • Queremos hijos capaces de tomar decisiones acertadas.
  • Niños con alta autoestima.
  • Capaces de resolver conflictos de una forma efectiva.
  • Niños que pueda asumir cambios con tranquilidad.
  • Que sean capaces de tomar decisiones acertadas.
  • Que sean seguros de sí mismos.
  • Que sepan comportarse en cualquier situación.
  • Que sean buenos seres humanos y por sobre todas las cosas, ¡queremos que nuestros
    hijos sean felices!

Para todo esto necesitamos recordar que sus hijos son su responsabilidad, ustedes son los adultos, ustedes deben tener el control, ustedes son los que ponen las normas.

¿Qué es una norma?

Una norma es un patrón que rige nuestro comportamiento. Cada casa tiene su forma particular de funcionar, entonces cada familia tiene sus propias normas, pero las normas van de la mano con la cultura en que vivimos y con las normas sociales que rigen.

Las normas que se pongan tienen que ser firmes, son la protección de nuestros hijos, no permita que por ningún motivo no se cumplan. Sea tan enfático con los límites y las normas, ¡como lo es cuando su hijo está en peligro!

Si su hijo va corriendo hacia una olla caliente, ustedes no se ponen a dar grandes explicaciones de porque no puede tocarla, simplemente es enfático con el tono de voz para que él no la toque, así debe ser con las normas que ustedes pusieron.

Los niños sin límites son frágiles, no tienen estabilidad emocional.

¿Por qué?

Hagamos de cuenta que usted no sabe nada de fútbol y lo mete a jugar un partido importante, siempre va a estar en el lugar equivocado haciendo cosas equivocadas y va a haber muchas personas diciéndole lo torpe que usted es.

Eso es lo que le pasa a un niño cuando no sabe que debe hacer en el juego de la vida. Siempre va a estar regañado, inseguro y su autoestima lastimado por no tomar decisiones acertadas.

Póngase de acuerdo con su pareja sobre lo que quieren de su hijo, horarios de acostarse, a dónde va a dormir, normas de cortesía.

Si ustedes tienen las cosas claras, va a ser más fácil para su hijo saber que se espera de él, de esta forma no se desautorizarán.

Involucren a las personas que rodean al niño, cada vez hay más personas a parte de sus padres que ayudan en sus cuidados y en su crianza. Los abuelos, vecinos, tíos, etc. Díganle a esas personas cuales son las normas que ustedes tienen para sus hijos, de esta forma todos jalarán para el mismo lado y los niños sabrán que no existe otra opción.

Cuando hay un abuelito o la nana, o la tía que deja incumplir la norma, los niños recurrirán siempre a esta persona para quebrarla, además, quedara confundido de si esa norma es realmente importante o no y se confundirá.

Por ejemplo: El helado antes del almuerzo. Hay que ser consistentes y coherentes siempre.

Muchas veces pasa que dependiendo del estado de animo o humor que tengamos o de qué es más fácil, o para evitar un momento de conflicto o crisis. Nosotros somos los que no hacemos cumplir la norma.

Los niños SIEMPRE trataran de quebrarla y ellos no se cansan, nosotros TAMPOCO podemos cansarnos.

Por ejemplo:

  • Si hay visita se puede acostar mas tarde.
  • Si estoy cansado que duerma hoy con nosotros.
  • Si estoy con el celular puede ver más televisión
  • Si me cogió la noche hoy no nos bañamos.

¡La norma tiene que ser clara primero para ustedes! Y si surge una situación a donde no existe norma, apoye al padre que pone la norma en ese momento, no se contradigan delante del niño.

¡Al ser coherentes las acciones fluyen!

El ejemplo no es la mejor manera de enseñar… es la única. La palabra convence pero el ejemplo arrasa.

¡Cuidado, nuestros hijos nos miran!

No te preocupes porque tus hijos no te escuchan, te observan todo el tiempo.

  • Si ustedes quieren que saluden y den las gracias, ustedes deben hacerlo.
  • Si quieren que coman verduras, ustedes deben comer verduras.
  • Si no quieren que les digan mentiras, ustedes no deben decir mentiras.

Los padres somos el espejo donde nuestros hijos se miran, si tuviéramos esto en cuenta, seríamos mucho más cuidadosos de nuestros actos. Esa es la coherencia que debemos mostrar.

Lo que se permite una vez, se permite siempre. Es más difícil retomar una norma que ponerla por primera vez.

Por ejemplo:

  • Dormir en la cama con los papás.
  • No lavarse los dientes.
  • Acostarse más tarde.

No podemos confundir consentir de contemplar, de mimar, (esto debe ser infinito, NUNCA va a ser demasiado). Con consentir de alcahuetear o permitir, eso es diferente.

Los buenos padres saben poner límites y ser firmes con la norma de una forma amorosa pero sabiendo que esta norma es puesta para proteger a nuestro hijo de una situación dolorosa.

Mimar no malcría a los hijos, lo que malcría es la falta de límites.

¿Por dónde empezar?

Estamos en un momento histórico con nuestros hijos pequeños donde necesitamos lograr hábitos. Los hábitos se logran por la acción repetida de un evento, es decir, de una rutina.

Entonces hacemos rutinas, ellas logran hábitos y estos se convierten en una acción automática.

¿Qué es un hábito?

  • Son actos complejos que al repetirse sistemáticamente, se interiorizan y se vuelven
    automáticos.
  • Son patrones que facilitan la realización de una tarea.
  • Crean disposiciones para actuar y pensar de determinada manera ante un estímulo
    específico.

Por ejemplo: Cuando aprendimos a manejar, pensamos que eran tontas cosas que teníamos que hacer y tener en cuenta en el mismo momento que creímos que no lo íbamos a lograr, después de hacerlo muchas veces, no sabemos en el momento podemos hacerlo escuchando
música, hablando, etc.

Para hacer rutinas necesitamos:

  • Resistencia: No cansarse.
  • Persistencia: Hacerlo una y otra vez.
  • Valor: Para no dejar que las circunstancias no nos hagan flaquear.

El secreto es repetir, repetir y repetir.

En la programación neurolingüística dicen que si queremos incorporar un nuevo hábito a nuestra vida, debemos repetirlo durante 21 días y nuestro cerebro al día 22 lo tendrá incorporado como algo natural.

¿Qué es la función ejecutiva?

La función ejecutiva es lo que nos permite ejecutar ordenadamente actos consecutivos para lograr una meta u objetivos. Es como una voz interior que nos va diciendo que sigue.

Por ejemplo: Si anotáramos en un cuaderno cada cosa que hacemos durante la primera hora de la mañana,
llenaríamos un cuaderno de acciones consecutivas.

Suena el despertador – lo apago – me levanto – me pongo las pantuflas – voy a la cocina- prendo la luz –pongo a hacer café – saco el café de la bolsa – echo agua a la cafetera, etc. Es una voz interior que nos dice qué sigue, qué tengo que hacer.

Cuando sus hijos están cogiendo un hábito, ustedes son ese duende interior que debe decirle que sigue para que se creen patrones en su cerebro y luego logren hacerlo solos con su voz interior.

Por ahora, ustedes deben tener claro que tienen que organizarles a sus hijos qué deben hacer para que ellos lo ejecuten. Ustedes son la función ejecutiva de sus hijos cuando ellos están pequeños.

Ellos tienen su estrategia y lo que peor, no se cansaran que esa estrategia les funcione. Tengan claro, no siempre el llanto de su hijo es dolor, muchas veces es su estrategia para lograr algo que quiere, si la pataleta le funciona una vez, la seguirá usando.

No se enganchen en peleas. No pierdan el control, no se olviden que ustedes son los adultos.

Tips para evitar el desgaste:

  • No dé largas explicaciones moralistas.
  • Haga contacto visual y físico.
  • Use palabras claves.
  • Dígale lo que quiere que haga.
  • Sea firme pero no bravo.

El tono de voz es importante, sean firmes, amorosos pero firmes. Que se note que en ese momento ustedes no están jugando.

Que sus expresiones gestuales sean coherentes con lo que están diciendo. Es una orden no un favor, evite frases como ‘te quieres quitar la ropa mojada?

Muchos papás dicen ‘no se quiso quitar la ropa mojada’ – ¿Cómo que no quiso? ¿Acaso es una opción?

Si ustedes se lo dicen como una opción, ellos van a decidir y siempre van a decidir lo que más fácil. No diga ‘te quieres quitar la ropa mojada?

No le hagan preguntas abiertas como ‘¿quieres comer?’, más bien, pregúntenle ‘¿quieres pasta larga o corta?’ – De esta manera, ustedes tendrán el control de la situación. Sean claros y firmes, no hablen de más.

¿Cuáles son las consecuencias de niños sin límites?

  • Niños manipuladores
  •  No tolerarán frustraciones.
  • Mandan en la casa – exige – amenaza.
  • Culpan a los demás de sus errores.
  • Discuten frecuentemente y no respetan a los adultos.
  • Tienen alta dependencia a las cosas materiales.
  • Desobedecen, desafiantes, bravos.
  • Sienten que nada es suficiente.

Los niños no saben que es bueno para ellos, no les demos a escoger ni opinar cuando es necesario que hagan algo que no es una opción, así como no les preguntamos ‘¿quieres ponerte la vacuna de polio?’ – así deben cumplirse las normas, no son una opción.

¿Qué hacer cuando no se cumplen las normas?

Sean consecuentes. Cuando se comete una falta, debe haber una consecuencia.

¿Para qué corregimos a los niños?

Para que algo que debería hacerse no se hizo y no vuelva a pasar, esa es la finalidad, que sea un aprendizaje. Por lo tanto, si hay una falta, la forma que no se repita es que ellos entiendan que fue lo que no nos gusto. Por lo tanto, el ‘castigo’ debe ser la consecuencia del acto.

Por ejemplo: Si regó el plato de pasta, debe recogerlo y limpiar.

No digan cosas que no van a cumplir, al no cumplir lo que dicen, lo que hace el niño es pensar que usted no cumple y pierde autoridad y credibilidad. No castigue con comida ni ponga penitencias largas o a largo tiempo. No le diga cosas como ‘espera a que llegue tu papá’, esto solo le quita el poder a usted, y además, hace que el papá sea una persona a la que toca tenerle miedo.

Censure el acto, NUNCA al niño.
El niño no es necio – está inquieto.
No es desobediente – está desobediente.

Sus palabras tienen un gran poder y a los niños son lo que nosotros le decimos que creemos de ellos. Díganle ‘no puedo creer, tú que eres tan amable y lindo con los amigos, que le hayas jalado el pelo a Rosa’.

Que las normas y los límites sean justos, a la medida de su hijo. A medida que los niños van creciendo, uno va ‘chuleando’ unas que ya están interiorizadas y va introduciendo otras que necesitamos que se interioricen.

A cada edad la exigencia de las normas son modificadas o se ponen unas nuevas. No son las mismas cuando el niño tiene 7 años que cuando tiene 2.

Me acuerdo una vez que mi hija me preguntó que yo porque daba conferencias de normas y límites si nunca le había puesto a ella, yo le pregunte de vuelta si cuando se bajaba de la ruta del colegio le daba las gracias al conductor y se despedía? Me contestó que si, le pregunte si cuando llegaba a la casa se lavaba las manos y me dijo que si. Lo que quiere decir que ella sí tenía las normas claras pero ya las hacia de forma automática.

Dele a la situación el justo valor que tiene. No le de premios a sus hijos por cosas que tiene qué hacer.

Enseñar a asumir responsabilidades y a postergar.

Los niños creen que merecen todo, nunca tiene la culpa de nada y todo lo quieren inmediatamente. Esto no es culpa de ellos, es que esa es la información que de muchas maneras y sin darnos cuenta, les estamos dando.

Hagamos el ejercicio de hacerlo esperar, de que aprenda que no todo es para ya. Nosotros debemos enseñarle a nuestros hijos que las decisiones de los actos tienen consecuencias. No les digamos cosas como ‘Cierto que no le querías pegar a tu abuelita?’

Después de que el dio una palmada. Regáñenlo y hagan que pida disculpas. Que la penitencia sea consecuencia del acto. Así como prometen un premio y se cumple, si
promete un castigo también cúmplanlo. No digan cosas que no van a ser capaces de cumplir.

Eviten castigos largos, no se auto castiguen con frases como ‘no vamos a la finca en semana santa’.

Empatía

La empatía es la habilidad sensitiva de una persona para que vea el mundo a través de la perspectiva del otro. La empatía significa que yo conecto con sus sentimientos. Entonces, cuando su hijo está bravo porque algo no le salió bien, díganle cosas como ‘veo que eso te da rabia… pero vamos a tomarnos un vasito con agua y a respirar para que te sientas mejor.

La idea es que ellos puedan auto-controlarse. Valide sus sentimientos… empatía.

Palabras claves:

  • Veo que esto no te gusta.
  • Noto que estas bravo. PERO Los sentimientos son siempre válidos.
  • Yo sé que estás cansado.

Debemos enseñarles a reaccionar adecuadamente frente a ellos. Encuentren a su hijo haciendo lo correcto y felicítenlo y haláguenlo, por ejemplo estoy orgulloso de ti – esto es motivación. Y lo seguirá haciendo porque ve que a ustedes les agrada.

Finalmente, lo que queremos en nuestros hijos es fomentar la autonomía, capaces de hacer cosas por sí mismos. Que se acuerden solitos lo que es bueno para ellos. Esto nos dará tranquilidad para cuando no estemos cerca.

Aprender a respetar los límites hace que pueda vivir en sociedad. Los padres eficaces se caracterizan porque le expresan el amor a sus hijos y no confunden esto al poner límites, porque las huellas de lo que hacemos son para siempre.

Démosle alas, equilibrio emocional y herramientas para estar sin nosotros y que podamos soltarlos de la mano con confianza.

Su hijo necesita unos padres preparados y con herramientas para que puedan afrontar retos y cambios. Necesitan unos padres valientes, eso lo agradecerán por siempre.

× Escribe al equipo ABK